miércoles, 27 de agosto de 2008

La Verguenza y el Orgullo



Cuando era niño, de unos 6 u 7 años, mi padre acostumbraba llevarme al parque que habia en la esquina de la casa, precisamente ahi, en Heriberto Frias, en la otrora linda colonia Del Valle, asi de rimbombante, asi de inocente, total, eran mediados de los setentas.
Cierto dia, que supongo debio haber sido sabado, mi padre me llevo al parque, caminamos por las veredas hechas de piedritas de polvo ladrillo (en Mexico le llaman arcilla) y nos detuvimos en unas mesas de piedra, con dos sillas de piedra enfrentandose, todo firme al piso y un tablero de ajedrez marcado en bajo relieve sobre la mesa.
Platicabamos y a lo lejos vi a un hombre de mediana edad cargando un palo lleno de miles de manzanas rojas, cubiertas con caramelo rojo.
Aunque a mi nunca me ha parecido particularmente rico al dulce o cualquier derivado del azucar, ni hoy ni en ese entonces, astutamente y cuidando que mi padre no me viera, con la palma de mi mano hacia abajo, hice señas y gesticulaciones indicandole que viniera conmigo para adquirir una roja y redonda paleta.
De inmediato el señor se alegro y me hizo, con el mismo tipo de ademanes mudos, muecas para indicarme si realmente queria la manzana a lo que yo respondia asistiendo con mi astuta testa. Al llegar a nosotros el señor se dirijió a mi padre para ofrecerle a su hijo la paleta de manzana.
Me pregunto si la queria, a lo que yo respondi que no; el vendedor le insistio a mi padre respecto a que yo lo habia llamado
y al cuestionarmelo mi padre, yo lo negue rotundamente.
En ese momento el manzanero se retiro y yo me dispuse a disfrutar de mi travesura.

Epilogo:

Ya pasaron treinta y dos años de este hecho en los que ese recuerdo no me ha dejado de perseguir.
He vivido muchos años con verguenza, de hecho creo que ese sentimiento empezo a surgir dentro de mi por primera vez a las pocas horas del suceso.
Desde entonces creo que hay que tener presente y de manera integra nuestra vida y no dejar lugar jamas para sentir algo tan devastador y vil. Esto me ha servido para intentar siempre ser mejor como ser humano, para ser agradecido y para hacer hasta lo imposible para conservar el honor, la lealtad y la honestidad.
Nunca seas malagradecido; Nunca le hagas daño a alguien; Nunca abuses de quien te tiende la mano, ni del que no te la
tiende; Busca a toda costa ser feliz y hacer a los que te rodean felices tambien y si no te funciona deja todo a un lado y
busca lo que te haga feliz ¨A TI¨. Y por ultimo hay que hacer todo lo posible para sentirse orgulloso de uno mismo y
tener siempre la frente en alto.

Hector Bohoslavsky 27-Ags-08, 10:11pm