lunes, 30 de abril de 2007

Mi casa

Vista de México desde mi apartamento

¡¡Hay!! que las noches de México no tienen ese "que se yo"

quiza por las tardes, el rocio de la lluvia de agosto logra desdibujarse un poco

por las rendijas de aquellos callejones de Bucareli o de la merced.

Quiza cuando salgo de mi casa de la calle de Arquimedes, los arboles cobijan mis suspiros y las hojas de otoño vuelan a través de mis pisadas nostalgicas.

Pero no existen ni esa brisa ni esa pisada porteña, no existen.

No hay un Belgrano ni un corrientes, mucho menos una recoleta.

Polanco no es igual, aqui no ha corrido mi sangre ni se escucha gardel.

Aqui y alla son tan distantes como una provoleta del 10.

Por aca no existe ni batata ni mantecol, ni humita ni dulce de leche, ni Billiken...

...y la nevera se llama refrigerador.

tampoco hay living ni pullover, ni polleritas ni ponchos ni cruz de malta.

Por aca solo hay un beso que sueña con tirarse al sol junto a los elefantes marinos y la manta albiceleste que estruja minuto a minuto mis noches de abril.

Catapum




Catapum de vuelta en vuelta


que redondea la miseria


catapum de santo y seña


de mil hojas encarnadas


catapum pum pum


de rebote hiedra santa


que transforma la sirena


catapum

viernes, 27 de abril de 2007

Nocturno I


¿Donde extravie el espejo
en el que veia mi anhelo?

¿En las jaulas doradas o en el azul del mar?

Dame las manos de vid
que inunden mi alma de francas costumbres

maniata las bodas y dime por donde
se llega a donde la noche se aclara.

Dime por donde, mi amor, dime por donde.

Veintiuno


Consternado por veintiuno
doy vuelcos en cama plana
golpeo las blancas risas
que destruyo Chernobyl.

vueltas y vueltas da
la memoria de los muertos vivos,
la de los muertos muertos
y la de las aves
que no lloran mas.

Rios de azufre por sus ojos
fuego crudo por sus piernas
acidez que transforma tu boca
en un festin de rads.

miércoles, 25 de abril de 2007

Tiempo de Fe.


Fe de saber de ti
en la noche prohibida
que el lamento ha olvidado bajo un manto de ceniza.
Corre el viento tras la noche donde la suerte se pierde
en un juego
de embustes y triquiñuelas
con un ligero toque de sal.
¡Regresa la mano dada!
¡no he pedido su boca!
Quiza la niña que sueña

olvido que tiene alas.

Argentino



Ronda el cuerpo Tucumano sobre el suave desliz de tus caderas, raudo el tiempo porteño casi ciego, otoño enfermo. Bahianas de cuerpos blancos acompañan al sol en su cadencia minutas de acento hermano compactan su voz en la tiniebla. Te extraño padre, mio, Argentino con tu sorda risa la campana el repique cambia el alma brava por la suave brisa del camino.