lunes, 12 de mayo de 2008

Desvanecido


Se miro, a traves de la cortina de humo
que cada mañana levanta el hollin del suelo
y lo mueve reconquistando el aire
con su sumisa mirada
y sus escuetos modales.

Palidecio como cada tarde
a las cinco,
mientras el basurero se convierte
en un esquivo fragmento de sueños
y añoranzas vanas.

La brisa que llega de noche
les suaviza y les confiere salvedad
y cuando las tardes, cual canon,
revolotean las siluetas sepia
de tu adios,
las tristes margaritas de abril
devuelven a mi voz su dulce sueño