miércoles, 25 de abril de 2007

Argentino



Ronda el cuerpo Tucumano sobre el suave desliz de tus caderas, raudo el tiempo porteño casi ciego, otoño enfermo. Bahianas de cuerpos blancos acompañan al sol en su cadencia minutas de acento hermano compactan su voz en la tiniebla. Te extraño padre, mio, Argentino con tu sorda risa la campana el repique cambia el alma brava por la suave brisa del camino.